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San Miguel junto a Fundación ProYungas presentó el Programa Paisaje Productivo Protegido con el objetivo de proteger los bosques nativos y la biodiversidad en las propiedades de la compañía con alto valor ecosistémico.
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Como resultado del trabajo que realizan ambas instituciones desde hace tres años, la producción de fruta de San Miguel fue certificada como PRODUCTOYUNGAS, un sello que ratifica el origen de los productos en un contexto de Yungas, garantizando su preservación.
“En San Miguel somos conscientes de que cuidar nuestra tierra es cuidar el futuro. Con el Programa Paisaje Productivo Protegido estudiamos y preservamos los bosques nativos en nuestras fincas de Tucumán, haciendo un uso responsable del suelo y produciendo de un modo sustentable. Este es el compromiso que asumimos con la naturaleza y con las comunidades donde estamos presentes”, resume Lucas Méndez Trongé, Director de Relaciones Institucionales y Sustentabilidad de San Miguel.
Las Yungas son regiones de selva y bosque andino que se extienden desde el sur de Perú hasta el norte argentino. Se trata de uno de los mayores pulmones del planeta que contribuyen a absorber los gases de efecto invernadero. Además, ayudan a encauzar naturalmente los circuitos hídricos de la provincia y son una de las áreas de nuestro país donde existe mayor biodiversidad de flora y de fauna.
San Miguel cuenta con 14 mil hectáreas propias en la provincia de Tucumán, distribuidas en tres fincas que se encuentran inmersas en las Yungas. Para integrar la producción con un modelo de conservación de la biodiversidad y los servicios del ecosistema, la compañía trabaja desde hace tres años junto a especialistas de Fundación ProYungas que los asisten para garantizar una producción sustentable.
En una primera instancia, en el marco del programa se realizó un relevamiento para caracterizar el contexto ambiental y determinar pautas de manejo en función de las áreas de interés para la conservación y áreas con potencial productivo identificadas.
Luego se avanzó en el diseño e implementación de un Plan de Conservación de la Biodiversidad, a través del cual ProYungas instaló 27 cámaras para el monitoreo de las especies silvestres y analizar la interacción de los sistemas productivos con los ambientes naturales. Se lograron tomar 923 fotografías de 20 especies de mamíferos nativos y 12 especies de aves.
“Con San Miguel compartimos una misma visión: la producción en armonía con la preservación de la naturaleza. La conservación de la naturaleza necesita más y mejor producción”, explica Alejandro Brown, Director Ejecutivo de Fundación ProYungas.
Para compartir el fruto de los trabajos realizados, se creó un mapa interactivo online, con tecnología Google, que permite acceder a información relevante en distintos formatos acerca de la flora y fauna que habita en las yungas ubicadas en las propiedades de la compañía. El mismo está disponible en http://paisajesustentable.sanmiguelglobal.com/
La más reciente de las iniciativas del programa está asociada a la creación de una reserva natural privada, la Reserva Natural Privada Caspinchango, con 4.610 hectáreas de bosque nativo, para profundizar los mecanismos de conservación de la biodiversidad y promover beneficios ambientales, económicos y sociales para la comunidad.
Los resultados de los trabajos realizados fueron:
· Superficie total relevada 14.000 Ha. de las cuales 5500 Ha. son áreas cultivadas y 8500 Ha. son Yungas protegidas por la compañía
· Por cada ha. productiva, la compañía protege 1,5 Ha. de bosque nativo
· Se detectaron 6 especies en peligro de extinción
· Hay un stock de carbono de 199 Tn. por hectárea protegida.
A partir del 2017, San Miguel cuenta con la certificación “PRODUCTOYUNGAS”, un aval que garantiza un modelo productivo que convive con la biodiversidad de forma armónica. Se crean así las condiciones necesarias para que, lindante a las fincas, continúe creciendo un ecosistema vivo que ambas instituciones se comprometen a cuidar y preservar para las generaciones presentes y futuras.
“Promovemos el equilibrio de los recursos hídricos en el ecosistema, a la vez que aseguramos la sustentabilidad futura de la producción de la compañía. Estamos comprometidos a custodiar aquello que es germen de vida. Es una forma consciente de devolverle a la naturaleza lo que ella nos da”, concluye Méndez Trongé.

