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- Cuando hablan de propuesta formativa ¿a qué se refieren?
- Los alumnos se insertan en proyectos existentes, son acompañados por referentes de la propia organización, idóneos muchas veces, pero con una práctica y un compromiso que anima a otros a imitar. Por eso decimos que la organización cumple un rol docente. A su vez, se dictan seminarios obligatorios donde se reflexionan ciertos temas que permiten ver donde estamos insertos. Nos permiten dar cuenta que la realidad se construye y no es un designio externo.
Para Raúl Burgo lo que llevó a la Universidad Siglo 21 a crear la materia Práctica Solidaria, de manera obligatoria para todas sus carreras, fue la necesidad de completar la formación de los alumnos, donde lo que importa es, no sólo la formación técnica, sino la formación humana. “Hablamos, si se quiere, de la formación del corazón, para poder luego, desde la profesión, disponer los talentos, los saberes, los tiempos al servicio del Bien Común y aportar a conformar una sociedad con mejor calidad de vida para todos. Una sociedad inclusiva” enfatiza el Coordinador del área de Responsabilidad Social Universitaria.
Universidad Siglo 21

Raúl Burgo, Coordinador del área de Responsabilidad Social Universitaria Universidad Siglo 21
- ¿Cuál era la realidad que veían?
- Teníamos a estudiantes, que, junto a sus docentes transitaban una etapa de formación profesional, en un entorno “no contaminado” con la realidad. Con lo cual, existía una necesidad de que se pueda poner un pie en la realidad, escucharla, sentir qué nos dice y qué nos demanda..para luego poder dar respuestas más apropiadas desde lo profesional.Sin embargo, para poder lograr esto primero hay que poder aprender a escuchar la realidad y actuar en consecuencia..incluso poner en dudas nuestras propias verdades y paradigmas.
- ¿Por esto se decidió que fuera una materia obligatoria?
- En realidad fue decisión de las autoridades, con el propósito de buscar mayor fidelidad a la misión institucional, que es la de formar líderes emprendedores que contribuyan a aumentar la eficiencia y competitividad de las organizaciones donde se desempeñen.
Asimismo, la primera experiencia la tuvimos hace seis años atrás, con una materia electiva, que se llamaba Introducción al desarrollo del espíritu solidario. Como tuvo muy buena repercusión. Eso llevó a replantear en el nuevo plan de estudio 2006 que para que se incorpore la materia Práctica Solidaria con carácter de obligatoria.
- Uno de los objetivos que se fijaron es que los alumnos superen el individualismo, comprendan los problemas que padece la comunidad, entre otros. Ahora, ¿se puede enseñar el ser solidario? ¿Se logra despertar el interés por el bien común?
- Es verdad que como todos los valores, Libertad, Verdad, Justicia, se pueden enseñar teóricamente y estudiarlos, pero sólo se aprenden ejerciéndolos junto a gente que quiere hacerlo y, desde esa práctica se va perfeccionando, porque, como todo valor, al intentar vivirlo, nuestra naturaleza humana siempre nos limita…la famosa incoherencia…, lo cual no impide que siempre busquemos aproximarnos al valor.
Ahora desde mi propia experiencia, me animo a decir que los valores se aprenden y se aprehenden, desde el testimonio de otros que quieren vivirlos y desde el ejercicio de nuestra propia práctica. Por eso, es tan importante el contacto con la realidad ya que es la que nos genera interrogantes, incluso es respuesta también a nuestros propios interrogantes.
- Ahora, ¿cómo despertamos el interés?
- También desde la experiencia. Tomando lo del economista chileno Max Neef, en la era del conocimiento, lo que hace falta es el entendimiento y, para eso, hay que “meterse” en la realidad.
- ¿Con qué tipo de herramientas se necesita contar para que esto se dé?
- Más que nada con la oportunidad de insertarse en una organización social que tenga cierto perfil, es decir, no paternalista, no atada a lo partidario. Tiene que estar convencida de los valores del hombre y de su capacidad de salir por sí mismo; sin prejuicios y capaz de articular con empresas y Estado.
- ¿Cómo elije el alumno a la organización?
- De un listado de más de 600. Lo que buscamos es que la elija no por la carrera que está cursando sino desde la adhesión a la causa que la organización persigue, eligen “desde la piel”. Y esto es fundamental si queremos que la experiencia sea valiosa para todos.
- ¿Se evalúa al alumno de alguna manera?
- Sí!. Existen dos guías que permiten el seguimiento del alumno, y a su vez, la organización evalúa también el desempeño que tuvo el voluntario y lo que tratamos es que esa evaluación se haga junto al alumno, algo que cuesta que hagan.
También el alumno redacta un informe final sobre la experiencia que entregan a la organización y a la cátedra. Y por último se hace un coloquio final, en el que se hace una reflexión sobre lo experimentado.
- Ustedes hablan de “evaluar la sensibilidad”...
- Sí, pero debemos partir que para tener una evaluación con “cierto rigor” sobre este intangible: “la sensibilidad” se requeriría de el diseño de instrumentos que hagan posible esta medición, adjudicando indicadores, tangibles, como corresponde y que deberemos registrar en la investigación. En esto no hemos entrado aún, porque, en realidad, lo que vemos, a través de instrumentos concretos, es tanto en los alumnos como en las ONG’s, un proceso individual que los hace replantearse desde paradigmas propios hasta reafirmar ciertas prácticas en las que se encontraban.
- ¿Cómo miden el impacto que las diferentes iniciativas tienen? Más allá del número de beneficiarios ¿dejan capacidades instaladas?
- Tenemos algunos datos cuantitativos que permiten identificar el aporte de la Universidad en términos de “horas voluntarias durante el cursado”, cantidad de voluntarios una vez finalizado el cursado.Más que capacidades instaladas, me animo a decir que se detectan y esto facilita identificar potenciales demandas o a elaborar potenciales propuestas desde otras acciones del área de Responsabilidad Social Universitaria. Con lo cual, creo que la experiencia deja capacidad instalada, en clave de aprendizajes, en ambos involucrados.
- ¿Cómo surgen las consultoras conformadas por alumnos en 2010?
- En 2010 y 2011 se conformaron consultoras integradas por alumnos y docentes, incluso egresados. En este caso, las consultorías se organizan en función de demandas surgidas de las experiencias de los alumnos de Práctica Solidaria. Lo que se hace son convocatorias internas, desde el área de RSU, de acuerdo al perfil de la demanda.
- ¿Cuál es la función que tienen?
- Básicamente, desarrollar un plan de trabajo junto con la organización, acordar las pasos a dar, y luego implementarlo, dentro de un cuatrimestre. Hay reuniones semanales o quincenales que los alumnos se dan según sea la dinámica de cada grupo. La función es terminar con alguna problemática que se tenga. Para llegar a esto, se realizan diagnósticos participativos, visitas a la sede de las ONGs, contacto con la realidad que trabajan y conocer la visión, misión, y objetivos institucionales.
- Una vez que la cursada finaliza ¿saben que porcentaje de alumnos continúa realizando trabajo social?
- Hemos detectado que entre un 25% a un 30% de alumnos continúan en las ONGs al menos un cuatrimestre. Sin embargo, no hemos medido aún la continuidad de los mismos. Por otro lado, la mayoría de los alumnos asumen responsabilidades de conducción dentro de la organización, lo cual habla que la formación adquirida en la Universidad les facilita desarrollarse en esa tarea.
También se da el caso de que si bien no siguen dentro de la ONG’s se empiezan a involucrar en el grupo de Voluntarios de la Universidad, o quedan “sensibilizados” para realizar su Práctica Profesional, materia obligatoria y su tesis en la misma organización u otras. Creo que se genera un aprendizaje y valoración sobre el rol de las ONGs y la necesidad de fortalecerlas en su gestión.
- ¿Cuáles son los desafíos a futuro?
- El mayor desafío es poder llegar a todos los Centros de Aprendizaje Universitario (CAU), que son cerca de 123 en todo el país, donde si bien los alumnos cursan la materia nosotros debemos apostar a poder acompañarlos en el proceso posterior al cursado.
El porqué de ser voluntario
“La universidad no solo debe formar profesionales sino también ciudadanos responsables, comprometidos con la realidad social. El trabajo voluntario nos permite: *dar, hacer algo por nuestra comunidad desde la posición de cada uno, aprender a recibir lo que los demás tienen para darnos, incorporar otros puntos de vista y convivir con otras realidades.” Carolina Sosa Padilla, voluntaria Universidad Siglo 21.
“Creo que el cambio es posible y que es una responsabilidad de todos; confío en nuestra generación para iniciarlo, después de todo, nacimos en el cambio y lo vivimos todo el tiempo. Quiero un mundo más humano, con valores vivos y principios sólidos. Mi sueño es un mejor futuro.”, Celeste Palacios, Voluntaria Universidad Siglo 21.