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Con una inversión inicial de U$ 400.000, que fue incrementándose según las necesidades en 2009 U$ 600.000 y en 2013, U$ 300.000-; la compañía cuenta hoy con una planta con siete cámaras frigoríficas habilitadas para exportar y dos túneles patagónicos de pre-enfriado, con capacidad para 28 pallets cada uno y su funcionamiento se basa en un sistema de frío-calor por circulación de aire presurizado, totalmente automático. En sus comienzos, utilizaban este método para exportación, pero a partir de 2010, sólo realizan tratamientos para el mercado interno, dado que México, su principal mercado, se fue contrayendo hasta casi desaparecer.
Según la Organización Mundial de la Salud –OMS-, el bromuro de metilo es un agroquímico extremadamente tóxico, en categoría uno de toxicidad. Si bien en el Protocolo de Quioto se estableció que para 2005 desaparecería su uso, todavía continúa utilizándose, dado que es un producto bastante difícil de sustituir por su eficiencia, bajo costo y fácil aplicación. “Nuestra empresa es rentable a partir de ser amigable con el medio ambiente y con la comunidad”, cuenta su Presidente y fundador, Walter Ottavianelli. “Vinimos con mi familia a Bahía Blanca a exportar fruta, y algunos de los países a los que exportábamos, como en el caso de México, requería un tratamiento para las larvas y las pestes que no tuviera bromuro de metilo. Así desarrollamos un sistema de cuarentena con frío. Una larva que proviene de la Mesopotamia no puede resistir una combinación de tiempo y frío durante un tiempo prolongado porque son plagas subtropicales que se mueren en cualquier estadío que se encuentren”, explica. Eso le dio la seguridad al SENASA y a los productores de que la fruta, una vez ingresada, no multiplicaría las larvas existentes.
Consumo interno
Cuando todavía la familia Ottavianelli vivía en Río Negro, cuentan que comían fruta con feo gusto y no sabían bien por qué. Fue así que comenzaron a desarrollar y homologar el tratamiento que realizaban para exportación para poder utilizarlo en Argentina y así sustituir al insecticida tóxico. En un principio, muchos descreían de este nuevo método. “No fue fácil empezar con una alternativa de sustitución amigable con el medio ambiente, encontramos muchos problemas para que creyeran en nuestro método. Una vez aprobado por SENASA, lo más difícil fue que los comerciantes lo adoptaran”, recuerda. El por qué se debía a que la fruta tratada
con bromuro de metilo costaba tres veces menos, el proceso se realizaba en tres horas y se sabía que funcionaba. "Con nuestro método se tardaban 18 días, costaba tres veces más y nunca se había probado”, enfatiza el creador de la compañía que cuenta con ocho empleados en Bahía Blanca y 12 en Río Colorado, donde realizan un proceso de repaso y control de calidad.
Según cuenta Ottavianelli, tuvo que recorrer con su hijo la Patagonia en auto tratando de convencer a la gente para que adoptara su método, hasta que comenzaron en Bariloche haciéndolo a pérdidas: con cámaras con una capacidad para 400 pallets, sólo se utilizaron los primeros 20.
Con el tiempo, los números lo beneficiaron ya que se vendía más la fruta de Puerto Frío simplemente por el hecho de que era más rica. De esta manera, se fueron expandiendo y hoy el mayor logro para Walter es escuchar cuando una persona llega al supermercado y pregunta: “esta fruta es con bromuro o de Puerto Frio? No se habla del tratamiento, sino de la marca. Cuando uno logra que el consumidor elija en la góndola, es que se logró el objetivo”, enfatiza el fundador de Puerto Frío.
Actualmente, las cadenas de supermercados más importantes, las más responsables, tienen fruta de Puerto Frío, como La Anónima, principal cadena de supermercados del sur, Walmart, Carrefour, Supermercados Topsy en Neuquén, entre otros. “Estamos felices de desarrollarnos y crecer ganando dinero, cuidando al medioambiente y la salud de la gente. Hoy no podría pensar en tener una empresa que para ganar dinero hiciera lo contrario”, sentencia Ottavianelli.
El próximo objetivo de Puerto Frío es agregar más servicios a sus clientes: control de calidad, fraccionamiento, además de seguir prestando servicio de frío para la exportación de pescados, mariscos, corderos, ajos y carnes a diferentes empresas.
PUERTO FRÍO
Inicio de actividades: 2003
Lugar: Bahía Blanca
Método: tratamiento de pre-enfriado que sustituye el uso de bromuro de metilo en las frutas.
Inversión inicial: U$ 400.000 - Año 2009: inyección de U$ 600.000 - Año 2013: US 300.000.
Cantidad de empleados: 20
En Bahía Blanca, la fruta de Puerto Frío es rica y saludable gracias a un proceso de pre-enfriado que sustituye la utilización de bromuro de metilo para combatir las plagas.
Un negocio basado en el frío
Desde el año 2003, Puerto Frío trabaja en el puerto de Bahía Blanca con una tecnología de avanzada que revolucionó el mercado de las frutas, mediante un proceso de pre-enfriado, bajo las normas dispuestas por SENASA, que eliminó el uso de bromuro de metilo para combatir todo tipo de plagas.
Walter Ottavianelli, Presidente y fundador de Puerto Frio

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