*Mariano Spitale

 

Durante el último año ocurrieron los dos eventos más significativos de los últimos tiempos: por un lado, se logró adoptar globalmente los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en el contexto de la Asamblea General de las Naciones Unidas; por otro, se alcanzó el Acuerdo de París dentro de la Convención Marco sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas, cuyo objetivo principal es el de limitar el calentamiento global.

 

Bajo este excepcional escenario, la pregunta que subyace en nuestro relevamiento anual es si las compañías de la región se encuentran preparadas para enfrentar estos nuevos desafíos. 

 

De acuerdo a los resultados de nuestra encuesta, podemos afirmar que las empresas identifican como tendencias para los próximos cinco años cuestiones que se alinean a los ODS. En primer lugar, la necesidad de aumentar la sostenibilidad en la cadena de valor, seguido de innovación y el desarrollo de nuevos modelos de negocio y consumo responsable como aspectos fundamentales para dar cumplimiento a los mencionados objetivos. Imaginar y desarrollar una industria más inclusiva que contemple la integración de las medianas y pequeñas empresas para facilitar su acceso a recursos y potenciar su desarrollo permitirá contribuir a la creación de empleo. Adicionalmente, la migración hacia modelos económicos más integrados, circulares, de cooperación entre productores y consumidores, hará más eficientes los procesos, y por ende, reducirá el consumo de recursos en todo el ciclo de vida.

 

Si bien alrededor de un 40% de las compañías encuestadas señaló que estas tendencias están contempladas en sus agendas y que cuentan con acciones concretas, un 50% manifestó que actualmente no desarrollan actividades o que no incorporaron la temática en su agenda.

 

En segundo lugar, el Acuerdo de París fijó el compromiso de países desarrollados y en desarrollo de contribuir en la reducción de emisiones; esto implicará la implementación de programas de reducción a nivel nacional que posiblemente impliquen metas en el sector privado (y por ende, la necesidad de conocer el inventario de carbono por parte de las empresas). Aún así, observamos que muchas de las compañías de la región aún se encuentran en camino hacia la medición de sus emisiones de carbono (sólo un 36% cuenta con un sistema de este tipo, sólo un 22% estima dichas emisiones a lo largo de su cadena de valor). 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sin duda, esto presenta un significativo desafío para el sector privado. Por último, si se considera además que los esfuerzos de mitigación del calentamiento global no serán suficientes para evitar la ocurrencia de ciertos impactos, las economías deberán adaptarse a un nuevo contexto climático. Curiosamente, sólo un 25% de las compañías latinoamericanas desarrolló un análisis de riesgo climático para sus negocios.

 

El desafío es enorme, más aún si no se modifican ciertas lógicas para impulsar el verdadero desarrollo sostenible en las empresas. La pregunta que nos queda hacer es si se están implementando los incentivos adecuados –económicos, sociales, morales- para que esto suceda. Aunque serán necesarios algunos años para evaluar un verdadero cambio. 

 

*Gerente de Sostenibilidad y cambio climático, PwC Argentina