- ¿Cómo se pasa de las privatizaciones de los 90’ a una economía social como la que lleva adelante desde la Secretaria de Economía Social y Empleo?

 

- Este gobierno cambia el paradigma y dice: “Al que le va bien, que le siga yendo bien, estamos muy contentos. Pero vamos a trabajar por aquellos que no pueden por sí solos salir adelante”. Y la única forma de lograr esto es a partir del trabajo genuino. Quien no tenga trabajo, mal puede estar incluido socialmente...

 

- En este orden de ideas hay diferentes películas dictadas y una de ellas es la economía social y esta política de generación de empresas sociales...

 

- Exacto, pero en el caso puntual nuestro están conformadas por grupos de trabajadores desocupados en condiciones sociales de una alta vulnerabilidad asistidos por planes nacionales o provinciales.

 

A ver…desde la Secretaría se los venía capacitando pero cuando el mercado del trabajo no existe queda en la nada. Con lo cual había que dar una vuelta de rosca para que se insertaran al mundo del trabajo. Ante ello, empezamos a generar empresas sociales, empresas estudiadas, analizadas para que sean viables y sustentables económica y financieramente. Que su escala le permita tener una cadena de compra y distribución de sus productos. Ya son cerca de 60 empresas sociales, con un promedio de 30 trabajadores por empresa, son 1.800 puestos de trabajo generados con su cooperativas, en distintos puntos de la provincia.

 

- ¿Cómo realizan el estudio?

 

- Se realiza en la Dirección de Economía Social en base a alguna idea que exista de algún grupo de personas desempleadas, a partir de necesidades concretas que tiene la comunidad no de los distintos modelos que hemos desarrollado nosotros y que son modelos para armar, es decir, enlatados.

 

- Ahora, la idea no es sólo generar fuentes de trabajo genuinas...

 

Exacto, la idea es que haya un beneficio social. Por ejemplo, Iruya, Nazareno, Santa Victoria Oeste, son pueblitos de la puna salteña que no tenían panadería. El pan que se comía en Iruya se compraba en Humahuaca, estamos hablando de dos horas y media de viaje. El de Santa Victoria Oeste se compraba en la Quiaca, o sea, la sociedad no tenía pan y hoy tienen pan y hay 10 familias que viven de eso.

 

Por eso se busca generar trabajo para que los habitantes se puedan quedar allí, si no, son pueblitos con viejos y chiquitos, porque los jóvenes vienen a Salta y pasan a integrar el cordón de pobreza ya que no consiguen trabajo y perdieron su pertenencia a un lugar en el que podrían seguir viviendo si tuvieran una actividad para hacer.

 

- ¿Cómo se financia cada cooperativa?

 

- En líneas generales, esto se financia a pérdida para el Estado, se cooperativiza el grupo. Y son proyectos de entre $ 400.000 y $ 600.000. Al mismo tiempo se los capacita en producción, gerenciamiento y se los acompaña con tutorías permanentes durante 18 meses, cuando se comprueba que están en condiciones de seguir de manera autónoma.

 

 

“...A ver el concepto de Responsabilidad Social Empresaria de las grandes empresas en Salta desde mi punto de vista se trata de purgar la culpa del éxito más que de ser responsables socialmente. Con lo cual el punto es: No me pongas un comedor, para eso estoy yo, Estado. Dale trabajo a mi gente o comprá los productos a mi gente.”

 

 

 

- ¿Qué ocurre con las relaciones interpersonales de estas cooperativas ya que no debe ser fácil el tema de..

 

- Terrible... es el principal problema al que nos enfrentamos porque generar la unidad del grupo, la solidaridad entre ellos, es un largo proceso, porque también estamos trabajando con personas que están fuera de la cultura del trabajo, que su única noción de ingresos es un plan social y que perdieron en muchos casos la cultura del trabajo.

 

- ¿Cuesta el arriesgarse a dejar el plan social y pasar a depender de uno mismo?

 

- No es necesario dejarlo de manera inmediata, inclusive estamos articulando con el Ministerio de Trabajo de la Nación y a los seis de su conformación las inscribimos para que ingresen al Programa Trabajo Autogestionado que tiene el Ministerio a partir del cual les paga $ 800 por mes durante un año, $ 600 el segundo y $ 400 el tercero, siempre que no superen el salario mínimo vital móvil.

 

- Qué es más difícil para ellos ¿Conseguir clientes o lograr la escala para satisfacer esa demanda?

 

- El problema es la falta de tiempo para capacitarse para producir a más escala. Por ejemplo, hicimos un acuerdo con una mutual para hacer kit quirúrgicos, los cuales ya venían cortados y sólo había que coserlos y pagaban $ 5,50 cada uno. Un operario hace cerca de 200 diarios, la cooperativa al principio no lograba uno por día. Hoy lo lograron, pero el período de empezar y largar es el más difícil, porque trabajan, dedican su tiempo, y no ven los frutos.

 

- ¿Están articulando con el sector privado y presentando a la empresas sociales para que quizás puedan ser incluidas dentro de sus políticas de compras inclusivas?

 

- La verdad que muy poco. A ver, el concepto de Responsabilidad Social Empresaria de las grandes empresas en Salta desde mi punto de vista se trata de purgar la culpa del éxito más que de ser responsables socialmente. Con lo cual el punto es: no me pongas un comedor, para eso estoy yo, Estado. Dale trabajo a mi gente o comprá los productos a mi gente.

 

Si te tengo que nombrar un caso puntual tenemos el de Carrefour con una fábrica social de conservas. Hoy estamos en el proceso de habilitación del producto para poder estar en góndola.

 

- ¿Tienen pensado que estas fábricas sociales trabajen también de manera articulada y se conviertan en proveedoras de servicios o materias primas de otras?

 

- Totalmente, estamos pensando ya en darle una vuelta de rosca y hacer emprendimientos de segunda generación donde en una sola actividad intervengan varios grupos de personas. Por ejemplo, Los Toldos es una cuya mayor producción es de naranja pero como para salir o entrar hay que hacerlo por Bolivia hoy se pudre la fruta en los árboles por la barrera fitosanitaria que existe. Y si bien se pude levantar esa barrera, las naranjas terminarían en Orán, también productora de naranja. Con lo cual generamos un proyecto que vincula a los productores de naranjas, a una fábrica de dulces y conservas, y a una planta de jugos y extractos a partir de una sala marca con una logística de distribución compartida.

 

- ¿Cuántos puestos de trabajo se crearían?

 

- Estamos hablando de algo más de 100 personas que hoy están fuera del sistema viviendo de un plan social. Y este modelo lo podes replicar en el ganado menor que en nuestra provincia es importante pero no tiene valor agregado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

- ¿Cómo manejan el escepticismo de la gente?

 

- No hay, la gente tiene siempre esa esperanza, esa ilusión de que tiene que mejorar. Somos más escépticos los que algo tenemos, pero los que notienen nada, peor nunca van a estar...

 

- Entonces ¿contra qué tienen que luchar?

 

- Tenemos que luchar contra la carencia de trabajo. Yo aprendí lo que era el trabajo porque lo veía a mi papá irse a trabajar todos los días. Esta gente nunca vio a su papá ir a trabajar. Por eso me importa el jefe y jefa de hogar que hoy no trabaja y no los jóvenes. A ellos sí hay que capacitarlos y darles deporte y educación…pero a los que apuntamos son a los jefes y jefas que no tienen trabajo, para provocar ese efecto cascada en el joven.