-¿Cómo son las escuelas con modelos híbridos?

 

-El modelo “blended” o híbrido es la nueva tendencia mundial. En Latinoamérica, el caso más desarrollo es el de las “Innova Schools” en Perú: una red de 25 escuelas creadas hace cinco años, con una construcción edilicia diseñada especialmente para otra concepción del aprendizaje y absolutamente conectada con la tecnología. En ellas, el 70% del tiempo el alumno está aprendiendo con una organización relativamente tradicional, es decir, con un docente al frente, pero con metodología pedagógica nueva, y el 30% con una computadora, en un tiempo personalizado, donde cada alumno avanza según sus necesidades. El programa está diseñado para que adquieran todas las áreas de aprendizaje tradicional, pero puedan elegir en qué materia avanzar cada día y cuánto tiempo dedicarle. Se establecen metas que deben entregar cada trimestre, pero tienen mucha libertad de cuándo hacerlo y a qué ritmo. En esa estación de computadoras, hay un docente que tiene una especie de semáforo que le indica qué alumno está avanzando y  cuál tiene alguna dificultad, entonces se acerca a los que necesitan ayuda.

 

-¿Cuál es la diferencia entre este tipo de innovación y otros?

 

-Lo interesante de este modelo, es que a diferencia de la innovación de la tradición educativa, que existe desde hace más de un siglo y estaba muy enfocada en un líder institucional, en un educador transformador por su personalidad e impacto, es que estas escuelas son la contracara de ese modelo: cuantas más escuelas son, más innovación se produce, ya que necesitan la reproducción para generar un cambio. De esta manera, existe un equipo central que se encarga de coordinar todos los materiales educativos, realizando un trabajo de curaduría, eligiendo las mejores plataformas, y las pone en un registro en el cual sus alumnos puedan trabajar. Así mismo se realiza un trabajo de analítica para saber qué se usa, qué tiene impacto, qué hacen los docentes, qué usan los alumnos. Es un modelo muy interesante ya que trae la personalización del aprendizaje, el uso de nuevos materiales y mantiene una estructura de escuela tradicional, no rompe con el sistema educativo, sino que complementa lo que existe. 
 

 

-¿Qué tan lejos está Argentina de poder implementar un modelo de educación híbrido?
 
Hoy muy lejos. Los modelos blended están naciendo en distintos países pero no tanto a gran escala. Son redes de escuelas, como las Innova en Perú, el caso más interesante de América Latina. A nivel más global en Florida, Estados Unidos, es uno de los casos más conocidos. Argentina puede avanzar en este camino. Es clave trabajar en armar un muy fuerte equipo de especialistas curriculares y de diseño tecnológico en Educ.ar, tener una fuerte inversión estatal y crear un ecosistema de contenidos educativos digitales que generen una plataforma viva y conectada con las prácticas de las escuelas. Los alumnos podrían tener un circuito digital de aprendizaje que refuerce y enriquezca su aprendizaje presencial, esto podría generar mayor equidad al darle más oportunidades a quienes viven en ámbitos rurales y con alta vulnerabilidad. Para eso es clave garantizar primero la conectividad, que es un tema que viene avanzando.
 
-¿Cuál es el diagnóstico de la educación en Argentina hoy?
 
-En los últimos años se logró avanzar en la inclusión de nuevos alumnos, especialmente en el nivel inicial. La calidad de los aprendizajes ha mejorado en las mediciones internacionales y nacionales en el nivel primario, pero está estancada en el nivel secundario. Es más crítico el diagnóstico del aprendizaje en matemática y en la secundaria, donde el 70% de los alumnos no logra llegar a los niveles de aprendizaje satisfactorio en las últimas pruebas Aprender de 2016.
 
-¿Cuáles son principales desafíos de la educación en nuestro país?
 
-Los desafíos se pueden sintetizar en tres grandes ejes:  primero, la transformación de la escuela secundaria, que mantiene un modelo diseñado para la selección y es todavía muy expulsivo. Segundo, la carrera profesional docente, que requiere un replanteo profundo. Y por último, es clave crear una visión de largo plazo donde aumente el salario docente y al mismo tiempo los niveles de formación y los requisitos para entrar en la docencia.
 
-En el trabajo en conjunto que tiene CIPPEC con el Ministerio de Educación, ¿se está evaluando la inclusión de un nuevo sistema de aprendizaje innovador a nivel nacional?
 
-CIPPEC colabora con el Ministerio de Educación de la Nación y de varias provincias, en especial Santa Fe y Salta. Se busca propiciar la innovación con sentido de justicia social a través de proyectos como las comunidades de aprendizaje en diversas escuelas públicas del país, con asistencia técnica para diseñar políticas innovadoras y con la formación de funcionarios y equipos técnicos.
 
-¿Cree que el cambio va a venir por la parte privada o pública?
 
-Ojalá el Estado pueda liderar los cambios educativos para generar mayores niveles de justicia e integración social. El sector privado puede aportar muchas soluciones y recursos que enriquezcan el sistema educativo. Si el Estado es capaz de liderar una visión integradora y equitativa, podrá usar materiales educativos y proyectos que produce el sector privado para ampliar las posibilidades educativas de los sectores más desfavorecidos. No

tienen por qué ser contradictorios si hay un claro proyecto educativo integrador.