Últimas noticias

Para Copiarse
EL DATO
43.000
personas participaron durante 2009 de los programas de Fundación Acindar.
Para Cecilia Barbón, directora Ejecutiva de Fundación Acindar,
la flexibilidad y la capacidad de adaptarse son características inherentes a una gestión profesional dado que son dos factores claves que logran que el modelo de gestión implementado no se vuelva obsoleto. “Partimos de la base que cualquier acción que se realice debe ser planificada, dirigida a lograr una transformación perdurable. Por eso me parece importante resaltar aquello que para nosotros es una guía: si hablamos de inversión estamos hablando de un retorno, y en nuestro caso, y en el caso de un inversor social, ese retorno debería ser el beneficio social resultante de la inversión, es decir, los resultados concretos que tienen nuestras acciones. Por eso buscamos que haya siempre un sistema concreto de medición.”

Cecilia Barbón, directora Ejecutiva de Fundación Acindar
-¿Costó esta profesionalización que lograron?
- Sí y no. Y esto es así porque la Fundación fue creada con una visión de desarrollo desde sus inicios, obviamente contextualizando porque estamos hablando de 48 años atrás. Sin embargo, fue una Fundación profesional que estuvo siempre orientada a lograr la transformación, el cambio, el desarrollo de las comunidades donde operaba. Comenzó en Villa Constitución, con una visión de integrar el desarrollo de la comunidad con el desarrollo de la empresa y lograr una mejora y una transformación sustentable en el tiempo.
- Siempre teniendo el foco en educación…
- Si, aunque en los inicios como se vislumbraba un futuro diferente para el sector metalúrgico y siderúrgico estaba orientado en la formación para el propio negocio, luego esa prosperidad no ocurrió como la habían visualizado los fundadores, entonces se amplía esa mirada hacia la educación integral. Que ya venía desde el inicio, ya que si bien tenía este sesgo hacia lo industrial, había todo un trabajo con jardines maternales, profesionalización de docentes que fueron enviados a Estados Unidos y a Buenos Aires para formarse en las tendencias más avanzadas en educación inicial, algo totalmente innovador.
- Ahora, ¿no existe una dificultad o falencia a la hora de contar con indicadores que puedan medir el impacto real, más allá del número de beneficiarios?
- Medirlo es complejo, muchas veces hay que hacer inversión de tiempo, diseño, aplicación de sistemas, incluso para llegar a un sistema razonable y eso es por proyecto, ya que no todos se pueden medir igual. Ahora, en el caso puntual nuestro, nosotros adaptamos el sistema de gestión de la Fundación al sistema de gestión de Acindar y nuestro sistema de evaluación interno a sistemas que la empresa utiliza. Con lo cual, tuvimos que poner indicadores a todos los programas y buscar una manera de medir, reconociendo que se puede lograr algunas veces mejor que otras. Pero lo importante es que buscamos hacerlo permanentemente.
- Lo importante es comenzar más allá de saber que va a ver cosas que no se están tomando...
- Exactamente, porque la verdad, si uno puede dejar de ver a la evaluación como algo que solamente puede hacerse si es muy complejo o si está diseñado a fondo y lo comienza a tomar como un proceso donde al principio uno define un modo de evaluación que sabe que es parcial, imperfecto o mejorable, pero lo implementa igual te va dando una práctica, un insumo, una experiencia orientada a medir resultados y que a mí me parece fundamental.A esto se agrega el hecho de que si bien todo el mundo debe dar cuenta de lo que hace, en trabajos como los nuestros se profundiza. Cuando uno está utilizando dinero de terceros, para lograr el beneficios de otros terceros, la única manera transparente de hacerlo es pudiendo demostrar los resultados que se obtienen, o que no se obtienen y en qué grado. Además la única forma de saber el impacto que se genera y la forma de generar un impacto mayor es sabiendo lo que se hace, cómo se lo hizo, qué herramientas se utilizaron.
- ¿Cómo eligen a sus socios estratégicos?
- En general buscamos potenciarnos mutuamente en pro de un objetivo. Para algunas de las temáticas que abordamos, en las cuales no somos expertos, buscamos alianzas con aquellos que tienen el expertise. Cuando es un tema que manejamos, en general, trabajamos solos, aunque sí estamos abiertos. Con lo cual si tuviese que hablar de un modelo, te puedo decir que nuestras alianzas tienen que ver con eso, con la búsqueda de agregar valor a aquello que estamos necesitando o promoviendo hacer. Esto se da, por ejemplo, en los programas que tienen que ver con la salud, donde la Fundación no tiene el expertise suficiente.
- ¿Cómo se logra que esa alianza perdure?
- Las alianzas funcionan en tanto haya un diseño compartido, no sea la iniciativa de una a la que se suma otra, y, que al mismo tiempo, haya resultados concretos, beneficios reales o una visión de agregar valor para todos los miembros. Porque sino suele ser un programa adicional en el que es difícil participar, más aún cuanto más grande es el número de miembros.
El tema de la confianza también es clave. Personalmente he visto trabas a la hora de crear un programa autónomo en alianza con otras fundaciones y empresas y dejar que marche sólo. Se genera un especio en el que quieren estar, pero no poder hacerlo no dejo hacer.
- ¿Esta fue una de las razones por las que dejaron de hacer Acciones Educativas Locales (AEL)?
- Estuvimos mucho tiempo aliados con Arcor en ese programa y lo dejamos por diversos motivos. El principal fue que no era nuestro programa. Fuimos invitados ya que es una iniciativa de Arcor, operado por ellos y no podíamos participar realmente, con lo cual no tenía mucho sentido seguir.
- Al programa usted lo conocía desde que nació por su trabajo en Fundación Antorchas.
- Si, incluso el modelo del AEL nació de Arcor y Antorchas (véase Acciones Educativas Locales (AEL)). Antorchas era una fundación que subsidiaba, no operaba…entonces era viable apoyarlo en ese momento ya que lo que se necesitaban eran socios confiables que lo pudieran operar. Ahora, en una Fundación como Acindar cuando no se puede operar, ni seguir de cerca, incluso, cuando no se puede seguir la evolución de ese programa, se pierde la sensación de aportar valor, algo fundamental para nosotros, por eso decidimos retirarnos.
- ¿Qué tan importante es que la Fundación cuente con un presupuesto independiente, que sea autónoma?
- Es fundamental, porque muchas veces las compañías sufren avatares que impiden que se destinen recursos a las cuestiones que no son de emergencia y si la Fundación no tuviese su propio capital se podría ver comprometida en su acción. La independencia económica y la independencia de Gobierno, ya que la Fundación tiene su propio Gobierno, le permiten una actuación cómoda sin estar separada de la empresa.
- ¿Cuál es el aspecto más difícil de la gestión que lleva adelante día a día?
- Te podría decir todos y ninguno. Depende del momento, la circunstancia, hay cosas que son sencillas en un programa y complicadas en otro. Por ejemplo, a veces la participación de los padres en proyectos escolares es un escollo, otras veces, dependiendo del programa y la estrategia que uno use es una maravilla.
- ¿Cuál es la mayor satisfacción desde que comenzó a trabajar en Fundación Acindar?
- La mayor satisfacción es cuando uno puede comprobar que ha contribuido a la transformación de la vida de alguien, eso se comprueba no en los grandes logros o en los grandes programas, sino en las pequeñas cosas. Es ver de manera real y tangible que el trabajo que hacemos a veces en los lugares más insospechados, o en cosas que uno no esperabas producir, son aquellos que transforman la vida de las personas y, en definitiva, el futuro de nuestro país.
FUNDACIÓN ACINDAR
Constituida en 1962, por iniciativa del Ingeniero Arturo Acevedo, nació con la misión de contribuir al progreso de las comunidades, prioritariamente aquellas en que la compañía está presente, apoyando proyectos que promuevan la educación como base para la transformación social. Las principales temáticas de intervención son educación, salud y seguridad, medio ambiente y promoción social.
“Nuestro enfoque está vinculado a lo que podría llamarse políticas universales, partimos de grandes temas analizando sus causas -enfatiza Cecilia Barbón, directora Ejecutiva de Fundación Acindar-. Por ejemplo en el tema de educación no nos dirigimos a sectores vulnerables, por el contrario generamos acciones para que todas las escuelas que lo deseen puedan participar.”
Para orientar su inversión, Fundación Acindar concibe a la educación como eje de todas sus acciones. Aspira a promover una actitud creativa y comprometida con el crecimiento, incentivando la confianza en las propias posibilidades de organización y autodesarrollo, para contribuir a un cambio social que impacte positivamente en las futuras generaciones (para más informaciónwww.fundacionacindar.org.ar).
Para Copiarse
