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Sergio Rengifo Caicedo*
Asumir el reto de hacer territorios sostenibles no es tarea fácil, la implementación de modelos que permitan la dinamización de las economías y por tanto la reducción de la pobreza y la desigualdad, requieren de un compromiso mutuo entre todos los actores (empresa, gobierno, academia, organizaciones y sociedad) en donde de manera mancomunada y bajo el marco de “buenos seres humanos” se construyan lazos de confianza al mismo tiempo que se generen acciones que permitan el progreso en el ámbito rural y urbano.
La pobreza es uno de los mayores desafíos que enfrenta el mundo. Según el Informe de Desarrollo humano 2014, en los últimos años el
nivel de vida ha mejorado a un ritmo constante, no obstante para el caso de Colombia es necesario decir que según cifras del DANE para el año 2014 el 30.6% de la población total aún se encuentra en situación de pobreza, es decir que alrededor de 14.6 millones de personas (lo que equivale a la población total de un país como Ecuador) padecen esta situación. La pobreza extrema afecta al 9.1% de la población colombiana (lo que equivale a 4.5 millones de personas y que a su vez equivale a la población total de un país como Costa Rica) quienes viven bajo alarmantes condiciones de precariedad en el acceso a bienes y servicios.
Teniendo en cuenta este panorama, surgen los Negocios Inclusivos como una iniciativa del sector privado con elWorld Business Council – WBCSD y CECODES. En Colombia, CECODES-Desarrollo Sostenible trabaja desde el año 2007 en la promoción, sensibilización e implementación del concepto de Negocios Inclusivos como estrategias empresariales económicamente rentables, ambiental y socialmente responsables bajo una lógica de mutuo beneficio. Las empresas “empresas ancla” incorporan en su cadena de valor a comunidades de bajos ingresos ya sea como: proveedores, distribuidores, socios empresariales o consumidores vendiéndoles cosas que mejoren su calidad de vida. Es una apuesta a través de la cual las empresas pueden ayudar a mitigar la pobreza y al mismo tiempo son una clara alternativa para que estas desarrollen su objetivo de negocio.
“Los Negocios Inclusivos que se promuevan deben desarrollarse con criterios de Sostenibilidad” (Crecimiento Económico, Progreso Social y Balance Ecológico).
Sin duda alguna la implementación de esta clase de negocios no debe diferir de las prácticas mediante las cuales se vienen abordando los territorios, por el contrario la complejidad de las problemáticas que se presentan, siguen requiriendo de la implementación de programas filantrópicos y otros, que complementarios al concepto de NI pueden ayudar a fortalecer el proceso de intervención.

“Entender bien un Negocio Inclusivo y verlo como la gran oportunidad que es, requiere un cambio en percepción y en donde las empresas hagan lo que mejor saben hacer: Pensar fuera de la caja.”
A lo largo de estos años en torno a la promoción e implementación del concepto hemos podido identificar las siguientes lecciones aprendidas sobre este:
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Lo que no es importante para la alta dirección no trascenderá a lo largo de la organización. Muchas de las fallas en los procesos de planeación de proyecto se focalizan en un bajo compromiso por parte de quienes toman las decisiones en las organizaciones, es por esta razón que es relevante realizar un proceso de sensibilización que permita dar claridad a los directivos sobre el marco conceptual y cómo este se alinea con los objetivos de la organización, a la hora de querer implementar un concepto como el de los NI.
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Establecimiento de una línea base e implementar un sistema de medición. Uno de los grandes inconvenientes que se presentan comúnmente están relacionados con la falta de planeación o una excesiva planeación a partir de formatos Excel. Los modelos de intervención de los territorios requieren que se realice el establecimiento de una línea base que permita identificar desde los mismos territorios las necesidades de las comunidades y actores presentes en ellos. La medición es fundamental a la hora de identificar los verdaderos impactos tanto positivos o negativos generados.
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Humildad por parte de cada uno de los actores que pueden intervenir en un NI, los protagonismos y la necesidad de figuración no permiten que se generen buenas relaciones y se gesten procesos de articulación en donde diferentes actores intervengan y aporten desde su quehacer.
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Asegurar resultados positivos de corto plazo que legitimicen la relación entre las partes.
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Necesidad de entender la realidad del territorio que se quiere intervenir. En donde los territorios se conozcan a través de la ruta del no turista.
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La utilización del Capital Social existente en la zona de intervención permite ahorrar tiempo y recursos.
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Acompañamiento socio-empresarial. Las organizaciones deben saber que no basta sólo con el aporte de capital para gestionar el éxito de los proyectos, se requiere un fortalecimiento que permita que las comunidades durante este proceso se empoderen. En ese sentido, hay que tener en cuenta que los proyectos rurales requieren de 7 a 10 años de acompañamiento y un proyecto urbano requerirá de 5 a 7 años.
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La tecnología permite gestionar la escalabilidad de los proyectos. Uno de los grandes aprendizajes traídos de la misión empresarial CONNINDIA realizada por CECODES, es el cómo a través del uso herramientas tecnológicas se puede llegar a impactar a más comunidades.
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Los proyectos además de recursos requieren realizar procesos formativos, la educación es un elemento esencial pero esta debe ser focalizada.
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Entender bien un Negocio Inclusivo y verlo como la gran oportunidad que es, requiere un cambio en percepción y en donde las empresas hagan lo que mejor saben hacer: Pensar fuera de la caja.
De la Teoría a la Práctica Estrategia de Desarrollo Territorial Inclusivo
Si bien es cierto que no es fácil pasar del dicho al hecho, desde el 2011 CECODES a partir del marco teórico de los Negocios Inclusivos y en alianza con Grupo Argos, viene implementado en los Montes de María la Estrategia de Desarrollo Territorial Inclusivo como una iniciativa empresarial que busca llevar la sostenibilidad a la región por medio de la ejecución de esquemas de Negocios Inclusivos de corto, mediano y largo plazo (Miel, Ajonjolí, Tabaco, Mango, Ganadería y Teca) , permitiendo la mejora de las condiciones de vida y al mismo tiempo trabajar por el desarrollo productivo de la región.
Más allá de una idea paternalista o filantrópica, esta estrategia se ha fundamentado en torno al desarrollo de dinámicas económicas acordes con la región a partir de un mercado asegurado que garantiza la compra de los productos que se producen. Además es el escenario perfecto para hacer confluir los intereses de la empresa privada y de las comunidades, a partir del conocimiento mutuo y la implementación de acuerdos con la empresa privada (Grupo Argos-Tekia compra la Teca, Postobón compra el Mango, Grupo Nutresa compra el Ajonjolí y una empresa local Abejas y Miel compra la miel).
Los principales beneficios de esta estrategia se han visto representados en la generación de lazos de confianza, el restablecimiento del tejido social y de las relaciones entre comunidades, la disminución de la visión asistencialista tradicional, así como la creación de esquemas asociativos. “Las personas de bajos ingresos ya no necesitan regalos, lo que necesitan son oportunidades que les permitan ser agentes de sus propios cambios”.
Teniendo en cuenta la coyuntura actual por la que atraviesa el país frente a un posible fin de la violencia, el Desarrollo Territorial Inclusivo se convierte en un escenario apropiado en pro del cambio de paradigmas y la articulación. Además, se presenta como el marco para saber cómo se pueden desarrollar proyectos que partan de una visión de gana-gana. El gran reto ahora es lograr multiplicar y llevar a escala teniendo en cuenta la realidad de cada territorio.
*Director del Capital Social de CECODES-Desarrollo Sostenible. Columna de opinión publicada en Red de Periodistas por el Desarrollo Sostenible –Colombia-.
De los Negocios Inclusivos al Desarrollo Territorial Inclusivo: Un laboratorio para el desarrollo sostenible y la paz
Existe la necesidad de que los departamentos de RRHH se involucren más en el diseño -definición de objetivos, funciones, competencias y responsabilidades- y desarrollo de la estrategia de Voluntariado Corporativo. ¿Cómo logramos que el VC forme parte de la estrategia de gestión de los RRHH?
Juan Parodi*
Tienen la palabra
El Desarrollo Territorial Inclusivo vinculado a la Sostenibilidad cada día ocupa una mayor relevancia en las agendas mediáticas. En Colombia el desarrollo de territorios ha estado a la orden del día, sin encontrar verdaderas soluciones que permitan hacer de estos polos en donde se geste de una manera prolongada el desarrollo social, económico, ambiental y la innovación.
